Corinna Acosta
14 de mayo de 2021
Palabras Claves: Cambio Climático, Emisiones de carbono, Huella de carbono, reducir huella de carbono.
La acción climática debe ser sin dependencia de los mandatos de 4 años. Luego de vivir un acompañamiento irregular por parte del Gobierno a la acción climática, más marcas están ansiosas por apresurar los proyectos de reducción de las emisiones de carbono por su cuenta, y los clientes además empiezan a esperarlo, por lo cual comprender formas económicas de achicar la huella de carbono de la compañía es primordial. Fast Company comentó que los clientes además desconfían del greenwashing, y que las marcas son cada vez más escépticas en el momento de poner en marcha ideas costosas con un encontronazo complicado de medir. Mencionado lo anterior, no es tan desalentador como se ve.
Algún compañía puede tomar cartas en el asunto utilizando resoluciones fundamentadas en la ciencia para remover las emisiones de carbono de manera importante y medible, y no posee por qué ser caro. Te contamos cómo llevarlo a cabo. Hay 3 formas economicas de achicar la huella de carbono.
1. Explotar las utilidades y procedimientos de medición existentes Si hablamos de una compañía que crea productos físicos, lo primero que hay que hacer para achicar su huella de carbono es abarcar verdaderamente las emisiones, tanto su procedencia como su viable encontronazo en el medio ámbito. La metodología internacionalmente aceptada para el exámen de las emisiones radica en llevar a cabo un rastreo de las mismas por alcance. Está el Alcance 1, que tiene dentro las emisiones que tenemos la posibilidad de vigilar, como los vuelos y los transportes de flotilla. Está el Alcance 2, que son las emisiones que no administramos pero que afectan a las operaciones propias, como la electricidad de una oficina. Y después está el Alcance 3, que son las emisiones producidas por toda la cadena de suministro.
Las compañias más importantes acostumbran contratar a consultores de sostenibilidad externos para que hagan una auditoría de su cadena de suministro, lo que contribuye exactitud y validación al desarrollo de medición. Pero los gastos fijos de estas auditorías no sólo son prohibitivos para las pequeñas y medianas compañias (entre 50,000 y 100,000 dólares), sino que además desvían los elementos monetarios de superficies en las que podrían tener un más grande encontronazo. De hecho, los gastos de las auditorías acostumbran sobrepasar el coste de las actualizaciones en la cadena de suministro o las compensaciones de carbono para una marca.
La utilización de la regla del 80-20 —también popular como el Inicio de Pareto— para medir las emisiones puede contribuir a las marcas a deducir su huella en funcionalidad de los causantes que más contribuyen, como los materiales, los métodos de envío, el lugar de nacimiento, las fuentes de energía y el volumen de producción. El Estimador de Emisiones de Marca de Climate Neutral puede contribuir a orientar a las compañias en la dirección precisa, aparte de ser accedible y poder ser completado en precisamente un día por alguien que gestione la producción.
2. No menospreciar el poder de los materiales reciclados La producción de materias primas representa una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, de las cuales más del 75% proceden de la producción de acero, cemento y plástico —en ese orden— y, en la mayoría de los casos, de ahí proceden la mayor parte de las emisiones de un producto. En la mayoría de los casos, las elecciones recicladas ya hay en las cadenas de suministro y tienen la posibilidad de ser un sustituto de 1-1 en la situacion de varios metales y plásticos.
En la industria textil, el poliéster reciclado es cada vez más económico y más duradero, hasta el punto de que es indistinguible del PET virgen.
3. Parar el transporte aéreo lo antes posible Antes de la pandemia, las cadenas de suministro estaban completamente agotadas y recurrían a procedimientos de envío insostenibles. En el área de la confección, concretamente, muchas marcas recurrían al transporte aéreo para agradar las expectativas de la tendencia ligera. La sobrecarga de aviones transoceánicos y la moderación de la demanda de los clientes hicieron que las marcas recurrieran al transporte marítimo, lo cual es positivo en relación a emisiones.
Los procedimientos de envío más veloces no sólo son más costosos, sino que además tienen la posibilidad de incrementar exponencialmente las emisiones. Entre otras cosas, el envío de mercancías de Asia a Norteamérica acostumbra costar $1/kg en la situacion del transporte marítimo y $3-4/kg en el aéreo para la misma ruta. No obstante, las emisiones de carbono son nueve ocasiones superiores en la situacion del transporte aéreo frente a el marítimo, porque los aviones, en términos simples, requieren más combustible para seguir estando en el aire y volar ágil. Oportunamente, los suministradores de logística son profesionales y tienen la posibilidad de contribuir a las marcas a tomar las elecciones correctas.
Transitarios como Flexport proponen múltiples configuraciones de agilidad y coste y un extenso exámen de las emisiones de los envíos (incluso tienen APIs, si se quiere ser verdaderamente friki). UPS además da configuraciones de compensación de emisiones calculadas con Carbon Neutral para los envíos directos al cliente.
Más allá de estos enfoques, las marcas tienen la posibilidad de examinar otras configuraciones, como invertir en proyectos de compensación validados o utilizar actualizaciones escenciales en la cadena de suministro de las fábricas, tal es la situacion de la maquinaria de bajo consumo. Y las marcas que van más allá para compensar sus emisiones no reducidas tienen la posibilidad de conseguir la Certificación de Neutralidad Climática, creando conciencia para la acción climática por medio de superiores productos y construcción.
Si una marca se compromete verdaderamente a estudiar más sobre sus propias emisiones y asume la compromiso de investigar proactivamente las configuraciones accesibles para achicar su huella de carbono, se puede progresar y se va a hacer.